Historia española.........داستان به زبان اسپانیایی
Ningún sueño viene después del sueño. Ningún sueño en sí, es un sueño completo.
Allí
estábamos todos, excepto los que faltaban: Nadie. Habían muerto en la
catástrofe más grande de la historia del siglo XX. Aún resonaban sus
voces como enjambres de abejas que el viento paseaba por los valles, por
las praderas, y por cada uno de los recuerdos que nos mantenían vivos.
Casi muertos...
Desde aquellas nubes se podía observar el pequeño
ahogado envuelto en luto y saliva. Sus álabes se estremecían como
alambres sujetos a un cañón de púas, y por sus costados emigraban
millones de parásitos sedientos de sangre y olvido. Nadie en ese
instante pudo sentir lo que yo sentí, ver lo que yo vi, vivir lo que yo
viví. De tal forma que todos quedaron muertos con mis ojos vivos; y mis
ojos, que aún soñaban, habían despertado.
22 de Enero de
1992. Una mitad del mundo se quejaba. La otra hacía lo mismo, pero en
silencio. Yo esperaba la hora trémula; la hora de los lazos y las
cobijas, los llantos y las sonrisas. Yo esperaba nacer, nacer por
siempre y vivir. Pero la noche, el día, los ojos que se clavaron en mi
rostro, no lo permitieron, no me dejaron yacer: ¿Quién habrá nacido ese
día que no fui yo? ¿Quién es ése que no conozco y me distingue, que no
le hablo y me responde?
Mi voz pasó a ser humo, mi alma se volvió
ceniza, y los sueños que tenía quedaron siendo sueños, única y
estrictamente sueños. Pero él vive, es una realidad. Vive en mí y no soy
él. Nació por mí y me resigné a él, pero no soy de él, soy el que soy y
el que vino a preguntar. Soy yo. La vista próspera de su mirada azul,
la sombra ungida en el vientre de la noche y la sonrisa que se estrena
en cada llanto que tiene nombre a silencio. La vastedad del tiempo y la
cotidianidad que se quiebra como espejo. Los versos que se esconden
detrás de un seudónimo falso. El sabor de las mañanas y el color de los
crepúsculos